Las cartas sobre la mesa IV

La tomé por la cintura y comencé a besarle el cuello, mientras ella me desabotonaba la camisa. Cuando mi torso quedó completamente desnudo, hice lo propio y le quité la remera, quedando sus hermosas tetas al descubierto, dado que no usaba corpiño.

Me llevó hasta la cama y me hizo recostar. Me desabrochó el cinturón y luego el pantalón. Las zapatillas me las saqué yo, el pantalón lo sacó ella.

Apresuradamente se sacó el resto de la ropa, quedando solo en bombacha, y se subió encima mío. Apoyó su pecho sobre el mío, acercó su boca a mi oreja, y comenzó a susurrar.

– ¿Te gusto?
– Si.
– ¿Mucho?
– Si, mucho.
– ¿Te gusta ésto? -me susurró mientras acariciaba mi entrepierna.
– Mucho….
– ¿Querés que siga? -Ahora, metiendo su mano dentro de mi boxer.
– Si…
– ¿Te lo saco?
– Si, sacalo.

Me terminó de desvestir y volvió a subirse encima mío. Comenzó a frotar su sexo contra el mío, y siguió susurrándome al oído.

– ¿Y ésto? ¿Te gusta?
– Si
– ¿Sí? ¿Cuánto te gusta?
– Me encanta
– ¿Querés que me saque la bombacha?
– Si, sacate todo….
– Sacámela vos

Giré sobre mi, poniéndola a ella de espaldas contra la cama. Acto seguido coloqué sus piernas sobre mis hombros y comencé a deslizarle lentamente la bombacha hasta que terminé de sacársela. Contemplé un instante su conchita mojada y luego volví a apoyar mi pecho contra el suyo, quedando su sexo a milímetros del mío, atrayéndose cuales imanes.

– ¿Te caliento? -Siguió susurando.
– Si
– ¿Mucho?
– Si, mucho.
– Contame cuánto te caliento.
– Me calentás mucho, me tenés super exitado.
– ¿Querés cogerme?
– Si, quiero cogerte.
– ¿Mucho, querés?
– Si, mucho… quiero cogerte mucho.
– Cogeme, entonces… ¡Cogeme ya!